Hoy os traigo una entrada especial llamada «Cuentos con piedras», un recurso que a mí personalmente me tiene maravillada. Se trata de material educativo, realizado a mano con piedras ilustradas que, además de entretener, favorece el desarrollo de la imaginación y la creatividad en los más pequeños, además de animar al alumnado a leer. También les ayuda a organizar el pensamiento, a relacionar y a crear por sí mismos de manera espontánea.
¿Cómo se utilizan las piedras?
Podemos crear secuencias didácticas con este material o integrar diversidad de actividades.
Lo normal es que improvisen con la bolsa de piedras. Cuando son nuevas lo mejor es dejarles la bolsa y ver cómo las usan. Es la forma más sencilla pero también la más interesante para empezar. ¿Qué harán con ellas? Seguramente mirarán los dibujos primero, les dará tiempo de asimilar qué es cada uno y qué puede representar. Una vez familiarizados con ellas es muy probable que se expliquen historias a sí mismos y que inventen múltiples juegos con ellas.
Otra forma de enfocar el recurso es que el narrador explique la historia según el orden en que van saliendo las piedras. Con todas las piedras dentro de una bolsa, el niño o la niña va sacando las piedras de una en una y el narrador (mamá, papá, la maestra…) va trazando una historia, que va girando y recorriendo nuevos caminos en función de las piedras que salen al azar.
Por otro lado, el alumnado puede también ordenar las piedras de una forma predeterminada antes de empezar y el narrador deberá seguir ese orden, que ya conoce de entrada, para trazar la historia. En esta forma hay menos improvisación, porqué conocemos de antemano el orden, pero ello nos da la oportunidad de tejer una historia más trabajada.
Otra forma de usar el material es que el alumnado narre la historia. Según la edad que tenga el peque, será él quien explique la historia, en función de las piedras que el adulto, otro niño o él mismo vaya sacando de la bolsita cerrada. Esta es la mejor opción para trabajar la propia imaginación del niño y potenciar la oralidad y el desarrollo del lenguaje.
Una actividad muy divertida es esconder las piedras de contar historias por el aula o colegio. La historia se va trazando a medida que aparecen las piedras. Lo bueno es que como se busca cada piedra, una a una, hay intervalos de tiempo para que el narrador prepare mejor el siguiente paso. Esta es una opción más interactiva y más movida pero, evidentemente, los niños van a estar menos concentrados en la historia y más emocionados buscando piedras.


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